jueves, 7 de agosto de 2014

La única lucha que se pierde es la que se abandona.

La presidente de la Asociación Abuelas, Estela de Carlotto ,encontró a su nieto.
Cada vez que aparece un nieto o una nieta el corazón late más fuerte, pispeamos el relato con avidez, se formulan preguntas que no siempre pueden responderse. Cada vez es una emoción, pero ésta fue una luz cegadora. Porque todos sabemos quién es esa abuela, esa directora de escuela que apareció el martes por primera vez despeinada y con el maquillaje apenas corrido y anunció la recuperación de su propio nieto.
Que le tocara a ella fue como si nos tocara a cada uno y a cada una, la comprobación visceral del desgarro de la pérdida y el poder de la perseverancia abriéndose camino a toda costa.

Fragmento del artículo "Una historia particular, una historia colectiva" del Diario Página 12 por Marta Dillón

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